La etapa 4 asiste al regreso de la flota al hemisferio norte, con un recorrido de 5.550 millas náuticas (6.387 millas/10.279 kilómetros) de Itajaí a Newport (Rhode Island), en la costa este de los Estados Unidos.
Es la última gran transición del sur al norte de la regata y los equipos partirán de Brasil en otoño y llegarán al Estados Unidos a principios de la primavera. Mientras navegan hacia el norte, las tripulaciones intentarán esquivar los efectos de la corriente de Brasil que baja hacia el sur, así como los vientos suaves del anticiclón de Santa Elena se encontraron por última vez en la etapa 2 de Cabo Verde a Sudáfrica.
El acercamiento a la ciudad brasileña Recife en la esquina nororiental d el país a menudo provoca una división estratégica en la flota, ya que los navegantes tienen que elegir entre poner rumbo a alta mar en busca de vientos más fuertes y constantes o tomar la ruta más corta y directa a lo largo de la costa.
Además de negociar la depresión final y el cruce del ecuador, las tripulaciones deberán estar en constante vigilancia para evitar enredarse en los enormes campos de sargazos que minan el recorrido.
Una vez cruzado el ecuador, el objetivo será engancharse a los vientos alisios del hemisferio norte, que deberían alcanzar a la flota pasando el archipiélago del Caribe hacia la costa de Florida.
La ruta de la flota hacia el norte lleva a los barcos a través del famoso Triángulo de las Bermudas. Formado por San Juan (Puerto Rico) al sur, Miami al oeste y las Bermudas al este, el triángulo es tristemente conocido por las pérdidas misteriosas de numerosos barcos y aviones a lo largo de los años.
Tras superar Miami habrá una fuerte probabilidad de que se encuentren múltiples sistemas de tormentas que vienen del territorio continental de los EEUU, y las tripulaciones también tendrán que elegir su camino a través de los complejos efectos de la serpenteante corriente de agua caliente conocida como la Corriente del Golfo, antes de llegar a la meta frente al parque estatal Fort Adams de Newport.